5 datos para comenzar actividad física

Comenzar una rutina de ejercicio es una gran decisión, si eres principiante en el hábito del movimiento puedes tener muchas dudas e inseguridades, y antes de hacerlo es importante tener en cuenta algunos datos que pueden ayudarte a tener una experiencia más segura y exitosa. En este blog, te presento 5 datos que han garantizado el éxito y la constancia con este hábito entre mis pacientes.

Aquí están los 5 datos que debes tener en cuenta:

1.    Tener la ropa lista y que sea cómoda.

2.    No invertir en suplementos inicialmente.

3.    Conocer el requerimiento nutricional.

4.    Priorizar la técnica.

5.   Evitar compararse.

Ahora que hemos enumerado los 5 datos, es importante explicar cada uno en detalle y ¡cómo vas a aplicarlo mañana mismo!

Tener la ropa lista y que sea cómoda

La ropa adecuada y cómoda es esencial para cualquier tipo de ejercicio. Usar ropa ajustada y que no permita la circulación adecuada puede causar irritación y roces en la piel. En el caso de las mujeres, es importante utilizar un sujetador deportivo adecuado que brinde soporte al pecho y reduzca el impacto en los tejidos mamarios. La elección de la ropa adecuada puede mejorar tu rendimiento, seguridad y prevenir lesiones.

No invertir en suplementos hasta que se tenga la rutina de entrenamiento bien estructurada.

Muchas personas creen que los suplementos son esenciales para empezar una rutina de ejercicio, pero no es así. De hecho, algunos suplementos pueden ser perjudiciales para la salud si no se toman en la dosis correcta, al momento correcto. Es importante tener una buena rutina de entrenamiento establecida antes de invertir en suplementos que no sean eficientes para ti en este momento inicial.

Conocer el requerimiento nutricional personalizado antes de empezar.

Cada persona tiene un requerimiento nutricional diferente en función de su edad, sexo, peso, altura, nivel de actividad física, y objetivos personales. Por lo tanto, es importante conocer este requerimiento antes de comenzar con cualquier programa de entrenamiento para poder obtener el máximo beneficio de los esfuerzos realizados.

Es recomendable buscar la ayuda de un profesional de la salud, para que pueda diseñar un plan nutricional personalizado que se adapte a las necesidades y objetivos específicos de cada individuo. Al mismo tiempo, evita dietas genéricas que son tan comúnmente compartidas en los gimnasios y centro deportivos.

Priorizar la técnica, aprenderla bien y con paciencia.

A menudo, las personas se centran demasiado en la cantidad de peso que pueden levantar o en la cantidad de repeticiones que pueden hacer, en lugar de centrarse en la técnica y la forma correctas de hacer los ejercicios. La técnica adecuada es fundamental para prevenir lesiones y obtener los resultados deseados.

Es importante tomarse el tiempo para aprender la técnica adecuada de cada ejercicio y asegurarse de que se esté haciendo correctamente antes de aumentar la intensidad o la cantidad de peso.

Busca ayuda profesional si no entiendes nada de técnicas, es mejor ir un poco más lento, pero evitando lesiones por no saber cuidar cada movimiento corporal.

Evitar compararse.

Finalmente, es importante recordar que cada persona está en un punto diferente en su camino de salud y entrenamiento. Compararse con otros puede ser desmotivador y puede llevar a establecer metas poco realistas. En cambio, es mejor centrarse en los progresos personales y en establecer metas realistas y alcanzables.

Recuerda que cada paso cuenta por pequeño que creas que sea y que cada persona es única. Lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra, por lo que es importante encontrar un plan de entrenamiento que se adapte a las necesidades y objetivos personales.

A pesar de los beneficios evidentes de la actividad física, para muchas personas puede resultar difícil comenzar y mantener un programa de entrenamiento regular. Las dificultades comunes pueden incluir la falta de tiempo, la falta de motivación, la falta de apoyo, la falta de conocimientos y los cambios de estación (más frío = menos ejercicio).

Es importante abordar estas dificultades de manera proactiva y buscar ayuda cuando sea necesario, es decir anticiparte si ya conoces cuál es tu debilidad para ejecutar el hábito. Te dejo algunos ejemplos resolutivos:

  • Cita con la nutricionista y/o con el entrenador para adaptar absolutamente todo a tus necesidades.
  • Invertir en ropa que te abrigue.
  • Ir a terapia para encontrar tus traumas o emociones pesadas alrededor del ejercicio.
  • Hacer prioridad en la agenda el tiempo mínimo de ejercicio, luego puedes ir aumentando.
  • Apoyarte en un amigo para iniciar juntos, esto puede brindar apoyo y motivación a ambos durante todo el proceso.

Recuerda que el movimiento es una parte importante de una vida saludable y activa, no tiene que ser pesas o alguna actividad que no disfrutes ¡Hay mil opciones!

En resumen…

Tómate el tiempo necesario para encontrar esa actividad que te cautive, establece un plan de entrenamiento que se adapte a tus necesidades y objetivos personales. No te compares con otros, celebra tus progresos y pequeños logros a lo largo del camino.

¡A progresar con tus hábitos!

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